LIBROS
He leído muchos libros, de todos lo géneros clásicos, ciencia ficción, realismo, ensayo, tragedia griega...de todo menos poesía. Quizás por qué en un libro vivimos aventuras, viajamos e imaginamos vidas que no tenemos y deseamos, mientras que la poesía siempre nos muestra lo profundo de nuestra alma, siempre es una porción de sesión psicológica. Pero si alguna vez he vivido una experiencia más grande que los libros que he leído, sin duda alguna es mi lucha contra el Cancer.
Es una historia de batalla, de lucha contra la adversidad, del principio único de la supervivencia...es una historia de vida y de muerte. Si, mi historia es más grande que los libros que he leído, porque aunque a través de ellos haya empatizado con multitud de personajes que han vivido adversidades y sufrimientos, es la verdad más absoluta que la realidad supera a la ficción.
He de decir y quien me conoce lo sabe, que siempre he tenido un rasgo dramático y romántico, como aquellas dramáticas mujeres del diecinueve, que morían, cuando por fin habían alcanzado a su ser amado, inevitablemente de tuberculosis. Pero las novelas victorianas son eso y yo tampoco soy una dama de las camelias. La lucha contra esta enfermedad no está solo de hechos objetivos, de ánimos , de palabras de eres luchadora, soy fuerte...no, es una historia de miedo, porque aparecen constantemente los fantasmas de la incertidumbre, de preguntas de las que nos quieres respuestas, de sombras de inseguridades, es una historia de miedo.
Pero no voy a hacer un libro de miedo, mi historia es la de una heroina, que con valentía, por tesón, por una fuerza y un amor incontrolable por la vida, lucha contra las terribles sombras que le atacan constantemente. Es una heroina, que tiene en su cuerpo grabado para siempre las heridas de las batallas ganadas. Es una heroina, que cuando cae se levanta, que llora pero sobretodo ríe. Es un heroina que no está sola...si, soy una heroina de las de siempre, las de la vida real, que veo cada día. Los libros son hermosos, pero la vida es tan maravillosa que en sí misma es el gran libro de nuestra existencia y se escribe y reescribe constantemente. Seguiré escribiendo mi vida y leyendo mis libros.
Un día más, muy cansado, el cuerpo sufre pero sé que mañana saldrá el sol y aunque posiblemente será el peor día, no importa porque el sol calentará mi espíritu y seguirá saliendo llenándome de la esperanza que los días malos darán paso alos buenos.
Es una historia de batalla, de lucha contra la adversidad, del principio único de la supervivencia...es una historia de vida y de muerte. Si, mi historia es más grande que los libros que he leído, porque aunque a través de ellos haya empatizado con multitud de personajes que han vivido adversidades y sufrimientos, es la verdad más absoluta que la realidad supera a la ficción.
He de decir y quien me conoce lo sabe, que siempre he tenido un rasgo dramático y romántico, como aquellas dramáticas mujeres del diecinueve, que morían, cuando por fin habían alcanzado a su ser amado, inevitablemente de tuberculosis. Pero las novelas victorianas son eso y yo tampoco soy una dama de las camelias. La lucha contra esta enfermedad no está solo de hechos objetivos, de ánimos , de palabras de eres luchadora, soy fuerte...no, es una historia de miedo, porque aparecen constantemente los fantasmas de la incertidumbre, de preguntas de las que nos quieres respuestas, de sombras de inseguridades, es una historia de miedo.
Pero no voy a hacer un libro de miedo, mi historia es la de una heroina, que con valentía, por tesón, por una fuerza y un amor incontrolable por la vida, lucha contra las terribles sombras que le atacan constantemente. Es una heroina, que tiene en su cuerpo grabado para siempre las heridas de las batallas ganadas. Es una heroina, que cuando cae se levanta, que llora pero sobretodo ríe. Es un heroina que no está sola...si, soy una heroina de las de siempre, las de la vida real, que veo cada día. Los libros son hermosos, pero la vida es tan maravillosa que en sí misma es el gran libro de nuestra existencia y se escribe y reescribe constantemente. Seguiré escribiendo mi vida y leyendo mis libros.
Un día más, muy cansado, el cuerpo sufre pero sé que mañana saldrá el sol y aunque posiblemente será el peor día, no importa porque el sol calentará mi espíritu y seguirá saliendo llenándome de la esperanza que los días malos darán paso alos buenos.
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