EL CUERPO

Hoy estoy mejor, no he tenido fiebre y aunque sienta agujas en la garganta es soportable para lo que he pasado. El cuerpo empieza a recuperarse, es un proceso reiterativo que  constantemente ocurre, enfermas y sanas, enfermas otra vez y sanas otras vez...así indefinidamente. He tenido tantas experiencias y las que me quedan, pero claro dicen que el dolor no se recuerda, quizás por eso que una se recupere una y otra vez indefinidamente. Pero no siempre ocurre fácilmente, el Cancer siempre hace las cosas complejas.
Los líquidos que nos meten en vena son veneno, arrasan lo malo pero también van dejando inservible lo bueno que te quede. Me acuerdo de uno de los primeros líquidos que me pusieron en vena, tengo sus señales para siempre. Era un líquido naranja, que debía mezclarse con suero, iba penetrando en tu cuerpo muy lentamente;  pero lo que llamaba la atención es que en el papel de tu tratamiento indicaba que era peligroso que se derramara sobre la piel porque podría producir heridas o algo parecido, no me acuerdo bien. Lo que si me acuerdo es que en la segunda sesión,  empecé a sentir dolor un dolor agudo que iba subiendo por las venas desde la mano donde tenía insertada la aguja. Por pudor y no parecer quejica calle, esperando que se aliviará, gracias a una enfermera que vio en mí un gesto de dolor, se acercó corriendo y entonces mire mi brazo, y me asombre de lo que me había provocado aquel líquido:  una mancha de un color rojizo muy fuerte iban formando las bifurcaciones de las venas de mi brazo derecho. Desde aquel momentos esas venas se convirtieron en inservibles, solo hay hundimiento cuando pasó un dedo sobre ellas. Los posteriores tratamiento terminaron de debilitarlas de ahí que ahora lleve un portal sobre mi pecho derecho que lleva directamente la quimio al corazón.
El cuerpo es un misterio, soporta lo insoportable, cuando una cree que ya no puedes más, el cuerpo te enseña que sí puede...aunque se te pase muchas veces por la mente si vale la pena sufrir tanto. Mi cuerpo, ya no es el de antes, ha pasado por mucho, quimio, radio, operaciones, miles y miles de pinchazos... y ahí sigue el soportando mi espíritu luchador. Ha sufrido mucho, pero por ahora se recupera a la medida de una vida sencilla, que me permita vivir con normalidad. Es un cuerpo que ha sufrido, y seguirá sufriendo, pero sigue conmigo y espero que aunque sé que va a seguir sufriendo
podamos soportar las adversidades, las caídas que seguirán sucediendo. Tengo un espíritu luchador,  y mi cuerpo es el sostén de mi alma, y al igual que el seguiré  luchando y él me mantendrá en pie. Cuando caiga se levantará, y aunque tenga cicatrices de tantas batallas, seguirá luchando. Mi cuerpo es la armadura de mi alma y lucharemos hasta ganar la batalla .
Un día más, y mañana seguiré en la cama y aunque no vea el sol, sé que su luz se reflejará en la brillante armadura de mi cuerpo y diré que ya estoy lista para la siguiente batalla, como una valiente Juana de Arco (eso sí sin morir en la hoguera).

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