UN DÍA PLENO
Estoy muy cansada, pero que muy cansada, y estoy feliz. Es un cansancio que nace del quehacer diario, trabajar, pasear, leer, charlar con amigos, y no de esa falta de energía tan ligada al tratamiento.
Ha sido un día, en la que vives constantemente el momento, y pasas al siguiente sin crearte expectativas. Una cosa lleva a la otra y al final el día ha pasado, y has tenido un día normal , feliz y fructífero.
Hoy el tiempo en pasado, presente y futuro, han pasado por mi día, planteándome diferentes acciones y reflexiones. Y es curioso cómo la conclusión es siempre la misma, lo importante es fluir, vivir, ser feliz.
Esta mañana, he estado planificando, sin presión y con la idea clara de vivir el momento, el viaje a Madrid. Salir de compras, la lista de la Feria del libro, la ropa que me he de llevar. Todo de manera relajada disfrutando no sólo de lo que me espera, sino con la ilusión de hacer esas simples cosas. El futuro se genera disfrutando de los elementos del presente. Así de tal manera, que si se diera el caso de que algo no pudiera suceder, apreciaríamos la ilusión con la que hemos hecho las cosas.
Una conversación con una amiga de proceso, me ha hecho vivir la realidad en la que estamos inmersas. Por mucho que trabajemos nuestro interior y busquemos la serenidad y la paz interior, vivimos unas circunstancias con muchas aristas, y debemos enfrentarnos tarde o temprano con cada una de ellas. A veces aquellas que nos parecen más insustanciales, inciden con fuerza en nuestra vida. No solo el dolor , la enfermedad y el sufrimiento en sí determinan este camino, dejamos atrás muchas cosas, sueños no realizados, esfuerzos que parecen que al final no han tenido recompensa... lo importante es saber amoldarnos, adaptarnos, caminar siempre construyendo un yo fuerte, asertivo. El resultado es el proceso.
Y por la tarde he tenido un reencuentro con el pasado que ha sido un constante diálogo sobre la felicidad, la importancia de hacer las cosas con ilusión, de dejar atrás los miedos, que la vida es siempre una mirada al precipicio bajo nuestro pies y que por tanto debemos vivir con el único objetivo de ser felices, todo lo demás es superfluo, son aditamentos que configuran nuestra vida pero que no la llenan. Lo importante es la esencia de lo que somos.
Un día más, lleno de gozo, y feliz por andar este camino duro, pero pleno. Mañana saldrá el sol, y la realidad me llevara de nuevo al Hospital, pero todo conforma mi vida, lo bueno y lo malo, la confluencia, no podemos cerrar los ojos, pero es tan maravilloso este camino, de tal manera que antes me llevaba varios días pensando en estas incidencias hospitalarias , y de repente aquí está de nuevo empezando el proceso de pruebas, incertidumbres, dolor... y yo sin darme cuenta.
Ha sido un día, en la que vives constantemente el momento, y pasas al siguiente sin crearte expectativas. Una cosa lleva a la otra y al final el día ha pasado, y has tenido un día normal , feliz y fructífero.
Hoy el tiempo en pasado, presente y futuro, han pasado por mi día, planteándome diferentes acciones y reflexiones. Y es curioso cómo la conclusión es siempre la misma, lo importante es fluir, vivir, ser feliz.
Esta mañana, he estado planificando, sin presión y con la idea clara de vivir el momento, el viaje a Madrid. Salir de compras, la lista de la Feria del libro, la ropa que me he de llevar. Todo de manera relajada disfrutando no sólo de lo que me espera, sino con la ilusión de hacer esas simples cosas. El futuro se genera disfrutando de los elementos del presente. Así de tal manera, que si se diera el caso de que algo no pudiera suceder, apreciaríamos la ilusión con la que hemos hecho las cosas.
Una conversación con una amiga de proceso, me ha hecho vivir la realidad en la que estamos inmersas. Por mucho que trabajemos nuestro interior y busquemos la serenidad y la paz interior, vivimos unas circunstancias con muchas aristas, y debemos enfrentarnos tarde o temprano con cada una de ellas. A veces aquellas que nos parecen más insustanciales, inciden con fuerza en nuestra vida. No solo el dolor , la enfermedad y el sufrimiento en sí determinan este camino, dejamos atrás muchas cosas, sueños no realizados, esfuerzos que parecen que al final no han tenido recompensa... lo importante es saber amoldarnos, adaptarnos, caminar siempre construyendo un yo fuerte, asertivo. El resultado es el proceso.
Y por la tarde he tenido un reencuentro con el pasado que ha sido un constante diálogo sobre la felicidad, la importancia de hacer las cosas con ilusión, de dejar atrás los miedos, que la vida es siempre una mirada al precipicio bajo nuestro pies y que por tanto debemos vivir con el único objetivo de ser felices, todo lo demás es superfluo, son aditamentos que configuran nuestra vida pero que no la llenan. Lo importante es la esencia de lo que somos.
Un día más, lleno de gozo, y feliz por andar este camino duro, pero pleno. Mañana saldrá el sol, y la realidad me llevara de nuevo al Hospital, pero todo conforma mi vida, lo bueno y lo malo, la confluencia, no podemos cerrar los ojos, pero es tan maravilloso este camino, de tal manera que antes me llevaba varios días pensando en estas incidencias hospitalarias , y de repente aquí está de nuevo empezando el proceso de pruebas, incertidumbres, dolor... y yo sin darme cuenta.
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