VIDA Y MUERTE

Hoy es una entrada difícil, simplemente porque el tema es complicado en mi situación y en cualquier situación de la vida. Hablo de la muerte. El tema tabú, lo innombrable, lo que está presente en cualquier subconsciente y  sólo se nos hace visible cuando nos toca de cerca,  o algún acontecimiento nos la acerca  y se presenta, así ella con toda su grandeza. 
No sé quién dijo aquello de que morimos desde que nacemos. Es una pura y simple realidad biológica. Lo combatimos con el olvido, el canto del amor a la vida y la esperanza de una inmortalidad futura. Pero nadie va a escapar de la muerte. Algunos pueblos culturalmente la transforman en la cotidianidad de su existencia y la muerte se les vuelve tan real y llena como la vida. Pero nosotros no somos esos pueblos y cambiar esto en un mundo donde prima por encima de todo la vida exprimida hasta el más absoluto gozo, la juventud, la belleza; la muerte se nos presenta vieja, fea y caduca. 
Por tanto nuestra existencia tiene que estar encaminada al presente. El pasado son los múltiples caminos tomados que nos han llevado hasta el ahora;  la experiencia vivida que nos ha llevado a una persona real que vive en el presente. Más allá del ahora mismo no hay nada. El pasado se fue, por muy maravilloso que haya sido; tenemos sus recuerdos, guardamos en nosotros lo que la experiencia nos ha dado, pero ahora y siempre somos el presente no hay nada más. Tendremos añoranza, tendremos sueños pero sólo  vivimos el ahora. Podemos pensar en la inmortalidad como un ancla inmutable, pero todavía no la tenemos, seguimos siendo él ahora. Y es ahora donde somos, caminamos y seguimos viviendo. Comprender esto nos llevará a crecer por lo que somos, a captar la esencia de nosotros y de lo que nos rodea. Da igual el camino en el que estemos, seamos religiosos o no, ahora es cuando nos comunicamos, ahora es cuando crecemos, y ahora es cuando vivimos.
Esta enfermedad me puede dar un dolor de espalda, problemas intestinales, falta de energía, incapacidad para mover el brazo como anteriormente lo hacía, sequedad y molestias  en la boca; pero todo eso ocurre ahora, y es ahora cuando puedo ponerles remedios. No podemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Podemos tener intenciones futuras pero no dejarnos llevar, y por tanto trabajar constantemente el presente.
Tener esta enfermedad te da una constante idea de la muerte pero ¿para qué? A esos muchachos y 
muchachas que disfrutaban en Orlando, nada les importaba la muerte, ni la enfermedad, posiblemente sus problemas serían otros que en estas circunstancias podrían parecernos insustanciales, o quizás superables, o no sé, no importa...vivían su vida y su juventud les llenaba de sueños y futuros ahora ya imposibles de cumplirse. Por tanto yo estoy aquí, hoy, leyendo, trabajando y arreglando mi biblioteca, y pienso que estoy viva y me apeno por el sufrimiento de los que ni siquiera han tenido la oportunidad de realizar algún sueño que yo he realizado, ni siquiera llegar a mi edad, ni de vivir una vida, como la mía, que podríamos llamar sencilla e insustancial a los ojos de muchos. Pero es vida y en la vida estoy. 
Hoy es un día más, mi vida sigue. Vivo el ahora y pienso esencialmente en lo que hago cada momento. El mañana vendrá, y estaré ahí esperando, ese es mi sueño, ese es siempre mi futuro. Algo tan pequeño y tan grande a la vez. 


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