EL SUEÑO
Desde que somos niños hacemos una lista de cosas por hacer: ver una aurora boreal, atardecer en el desierto, subir el Himalaya... hay tantas cosas que deseamos desde que tenemos cierta comprensión de la realidad en la que vivimos y del lento descubrimiento de lo que somos. Con el tiempo esa lista cambia constatemente, de los viajes pasamos al amor verdadero, a los hijos, deseamos tal o cual futuro para ellos, un buen trabajo, una casa, algún que otro viaje, etc; pero a pesar de todo siempre seguimos creando y materializando deseos y sueños en el transcurso de nuestra vida. Incluso a veces recordamos con nostalgia aquellos recuerdos que desde niños han quedado escondido en lo más remoto de nuestro subconsciente y que ya apenas tendríamos capacidad de realizar (por no decir ninguna): como ser astronauta o en mi caso ser una virtuosa del violín y del bel canto. De jovencita era una lectora empedernida y por suerte cayeron en mis manos los libros de las hermanas Brontë y de Jane Au...