NUEVAS PERSPECTIVAS

El año ha comenzado y no he realizado ninguna entrada, lo he ido dejando por una especia de letargo en el que he estado viviendo desde hace un tiempo. No lo digo como algo negativo, un letargo en mis circunstancias es un oasis de tranquilidad, como una huida del mundo, de mi mundo.
La nueva quimioterapia me ha dado esa posibilidad, la de dedicarme a mis cosas sin pensar en nada más, he seguido yendo a mis sesiones y consultas pero las he vivido como un simple trámite, se cumplen y a esperar a la próxima. Pero como he dicho era un oasis y ya estoy de regreso a la realidad de todo esto. Agarremonos que vienen curvas.
En la última consulta me han enviado al cardiologo, según mi oncóloga en la última ecocardiografía me han diagnosticado un aneurisma del septum intraventricular, que no tengo ni idea qué puede ser eso y mi propia doctora no está muy segura de lo que esto supone. Esta queridísima quimioterapia que me mantiene en un estado de equilibrio emocional y físico parece ser que tiene el terrible defecto de afectar al corazón y se debe averiguar si esta situación del mismo es debida al tratamiento o es un problema que ya tenía. Como siempre vivo con positividad, prefiero creer y creo que era una situación previa a la quimio. Por tanto no voy a marearme con pensamientos sobre esto, cuando pase por el cardiólogo entenderé qué es este "aneurisma" y lo más importante si tiene su origen en mi "salvadora"quimioterapia.
Además en esta próxima consulta, tendremos que tener los deberes muy bien hechos. Tras un TAC y los análisis de marcadores sabré si verdaderamente este tratamiento está actuando adecuadamente y las metástasis han disminuido o desaparecido y, especialmente, las del cuello se han curado o las vértebras cervicales dañadas están mas consolidadas. Tengo naturalmente un miedo a mover el cuello no vaya a ser que se me rompa,   no es que quiera girar la cabeza como la niña de El Exorcista pero sí por lo menos tener cierta tranquilidad en la almohada. 
Por tanto estos días he de trabajar mucho mi situación emocional, no dejar que los pensamientos se vayan por derroteros que sólo llevan a negros abismos y al pesimismo. Dejar pasar las cosas hasta que deban ocurrir y permanecer en equilibrio y tranquilidad.  He pasado por muchos vaivenes, algunos de difícil asimilación pero aquí estoy con un buen ánimo y con esperanza. Y por otra parte no voy a engañarme ni a mí misma ni a nadie; la sensación de la fragilidad de mi existencia no se cura ya, el tener esta enfermedad predispone a la misma y el único camino es llevarlas por sendas que permitan el disfrute del paisaje y no el desánimo por el camino trazado. Siento la finitud de mi vida y en sí no es malo, es el empuje necesario para comprender y disfrutar cada segundo que estoy en ella. 
Un día más, muchos días mas, llenos de libros, calma, disfrute y especialmente tranquilidad y eso amigos es ser feliz. Mañana saldrá el sol envuelto en un frío ambiente, desde mi sillón junto a la estufa estaré relajada leyendo y disfrutando del momento, absorbiendo cada segundo con los únicos pensamiento de lo que hago en ese instante. Seguimos caminando.

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