ESPERANZAS Y SUEÑOS

A veces que no pase nada significa mucho. Estar tranquila, con mis libros, escuchando música, guarnecida del inestable tiempo que afectan a los huesos...bueno y a todo. Sí,  llevo mucho tiempo sin tener un largo período lejos de pruebas y hospitales y se agradece un montón. 
Poco a poco, sin darte cuenta empiezas a hacer planes -cuando mejore iré allí, haré esto o lo otro -empiezas a soñar. Yo no sé si soñar es bueno o malo, tengo verdadero miedo a la frustración, pero sale por sí solo, está incrustado en nuestro subconsciente, siempre tenemos sueños. Ya no sueño con grandes acciones o aquello que suponga muchos días, estoy sujeta a un período de 21 días, entre medio soy libre. Mis sueños, son pequeñas cosas, el poder pasear, ir a algún sitio que rompa la monotonía de mis quehaceres.
No me quejo, soy feliz con lo poco que hago, leer y escribir sobre la lectura me está resultando muy placentero, siempre fue un objetivo hacer un blog sobre libros. Ahora quiero empezar con el dibujo, pero resulta más difícil por la tensión que traslada a los músculos del cuello...pero estoy tan esperanzada en este tratamiento.
Sueños y esperanza, se están conjugando a la vez en mi vida y siento un cierto temor. Pero si algo debemos hacer, es cerrar los ojos al temor pues si somos valientes en ésta lucha, nada debemos temer a soñar y tener esperanza.
El día que me dieron los resultados me llené de esperanza, y aunque tuve una caída me volví a levantar y sigo teniéndola. Me siguen molestando algunos huesos, pero si con una toma el resultado  ha sido muy evidente... todo puede pasar, mientras el cuerpo vaya asimilando la nueva quimioterapia.
Mi esperanza permite sueños, y no voy a permitir el temor al fracaso, la obsesión por una frustración que no ha acontecido. Vivir al día, también supone negar los pensamientos negativos del futuro. Los sueños son posibilidades pero le damos al fracaso una realidad que no tiene cabida, pues no ha tenido lugar.
Seguiremos con la esperanza en el tratamiento, y lo noto porque es la primera vez que estoy deseando que llegue la semana que viene para recibir mi nueva quimioterapia, eso es la señal mas esperanzadora. La lucha es la esperanza de que aquello que hace posible frenar el avance de la enfermedad se viva con alegría y por qué no con la certeza de que todo puede pasar, nadie conoce el mañana, ni siquiera mi propio cuerpo.
Un día tranquilo, alegre, fructífero, empezando a hacer nuevas cosas. No importa que llueve, yo ya tengo el sol dentro, calentando mi alma y manteniendo la esperanza de que todo es posible.
Mañana, saldrá el sol, o no...me da igual sé cual es el camino, caeré  y me levantaré rápida y mas fuerte que antes... ésta es mi vida, debemos aceptarla y seguir caminando, como todos, hasta el final.

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